viernes, 26 de septiembre de 2014

LA MUERTE PSICOLÓGICA.





 LA MUERTE  PSICOLÓGICA.

 ¿Qué podemos hacer cuando los problemas que nos causan dolor y ansiedad persisten?
Anteriormente hemos hablado de los Egos. Son estos elementos los que nos mueven y configuran nuestro proceder como si fuésemos marionetas. La única forma de librarnos de ellos es eliminándolos, matándolos.
¿Cómo se manifiestan?
Los egos son elementos de nuestro yo interior que se manifiestan por medio de los pensamientos que se originan en nuestra mente. Ésta, a su vez, se compone de Materia, Energía y Conciencia.
Los egos piensan, sienten y actúan.

¿Cómo eliminarlos?
 La manera de salir victoriosos de los egos es observarlos observándonos nosotros mismos.

Pongamos como ejemplo un fumador que desea quitarse del tabaco:
 Sabe que su salud peligra y con el tiempo formará parte de las estadísticas de los que desarrollan cáncer de pulmón o garganta.
Él se observa, entiende que no actúa bien, analiza las virtudes y defectos del tabaco, y  un buen día dice "Hasta aquí hemos llegado, se acabó el fumar".

Enseguida sentirá el deseo de coger un cigarrillo. Comienza una lucha sin cuartel, pues el Deseo es uno de los  egos que viven en nuestra mente y se hará notar en los primeros días de abstinencia del tabaco.
Intentará justificarse diciéndote que mucha gente fuma y no le pasa nada, que también mueren de cáncer personas que no fuman, que es una ruleta que  a quien le toca le toca, nada que ver el tabaco...
El fumador,  decidido a dejar el tabaco,  comprará un paquete, lo dejará sobre la mesa y afirmará, desafiante: "Te veo pero no te fumo".
Esa será su lucha.
Cada día el ego del Deseo  aumentará su presión, y para ponerlo  en apuros buscará los momentos más comprometidos, como cuando está entre amigos y éstos le ofrecen un cigarrillo diciendo: " Por uno que te fumes no te va a pasar nada, anda, cógelo".
Esa presión será casi imposible de soportar en las bodas y comuniones, en el trabajo, en las fiestas... En la mente del sujeto se entabla una lucha feroz entre el ego y  la conciencia, esa voz que siente en su interior y le dice: "No le hagas caso, si lo coges caerás de nuevo en el vicio".
Si rechaza amablemente el tabaco y  les hace comprender a sus amigos y compañeros de trabajo que se ha tomado como un reto el no volver a fumar, saldrá victorioso de la prueba. Cuando esta victoria se repite cientos de veces, el ego del Deseo se irá retirando vencido, hasta ser eliminado completamente. Lo habremos matado.
 Pero para conseguir eso hace falta escuchar a la conciencia y poner voluntad en alcanzar la meta fijada.
 Dice un texto antiguo que un anciano le decía a su nieto: 

    — Dentro de nosotros habitan dos leones, y siempre están luchando  entre ellos
    — ¿Y quién gana?- respondió el chico.
    — Aquél  que alimentas.

Así, si alimentamos al ego dándole excusas para satisfacer nuestro deseo, seremos esclavos de él; pero si alimentamos nuestra conciencia  escuchando su voz y obedeciéndola, el ego se morirá por inanición..

El del tabaco es sólo un ejemplo, lo mismo sucede para otros casos: para el que está enganchado al ordenador, a una persona que le ignora y por tanto le hace daño,  para el  ludópata, el drogadicto, el alcohólico, etc


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